Abstract
A partir de 1940, Bolivia se empeñaría en una conducta regional novedosa y de amplias miras, encaminada a lograr la superación de un enclaustramiento al que habían contribuido los conflictos limítrofes que, alternativamente, la habían enfrentado con todas las naciones del área. La política de "contactos" desplegada por Alberto Ostria Gutiérrrez, canciller del presidente Enrique Peñaranda, manifestaba su preferencia por interesar a los países vecinos del Atlántico en el establecimiento de vínculos basados en el aprovechamiento de su riqueza natural, en especial la que procedía del Oriente boliviano.Downloads
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