Abstract
La Argentina del período 1940-1952 propone una configuración con característicaspeculiares, que influyen tanto en las relaciones de poder como en la acción
colectiva. Los años dorados del “peronismo clásico” (1946-1949) suponen un
tiempo histórico donde “todos ganan”. La relación entre los propietarios de los
medios de producción y los obreros se caracteriza por fuertes tensiones. El año
1946 supone un punto de partida en la función mediadora del Estado peronista
en relación con las tensiones imperantes entre los distintos actores sociales,
con antecedentes inmediatos en la década del ‘30. El poder y el aumento de
su potencialidad a través del aparato burocrático estatal le otorga a los actores
integrados en las filas del peronismo1 una capacidad transformadora que utilizarán
con diversos fines, incluso contradictorios y de confrontación, propios
del “estilo peronista”.
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