Abstract
"La economía moderna no se orienta ya de acuerdo con el oikos; el mercado ha ocupado la plaza de la casa y la ha convertido en una 'economía de comercios'"(J. Habermas, Historia y crítica de la opinión pública).
Cuando Ernesto Quesada lamentaba en 1882 que el lema "ubi bene ibi patria" se hubiese convertido en la definición moderna de la nacionalidad, invertía significativamente la valoración de esa misma consigna sostenida años antes por Alberdi, para quien si la patria estaba allí donde residían los bienes económicos, era porque había confiado en la capacidad espontánea del mercado para producir el lazo social y hasta la identidad nacional. Los que, como Quesada, descreían de la fuerza aglutinadora del mercado, adelantaban, por el contrario, un diagnóstico que la crisis de 1890 convirtió en una sospecha ampliamente compartida por la élite argentina.
Copyright © 2012-2013 Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe.
ISSN 0792-7061
Editores: Ori Preuss; Nahuel Ribke
Instituto Sverdlin de Historia y Cultura de América Latina, Escuela de Historia
Universidad de Tel Aviv, Ramat Aviv,
P.O.B. 39040 (69978), Israel.
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Fax: 972-3-6406931
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