Abstract
Desde fines del siglo pasado hasta la década de 1950, América Latina fue testigo del asentamiento de incontables millares de inmigrantes del mundo árabe - libaneses, palestinos y sirios en su mayoría. No obstante, su aflujo sigue siendo uno de los menos estudiados. A este respecto, el creciente número de altos dignatarios de ascendiente árabe, incluidos jefes de Estado como el primer mandatario argentino, Carlos Menem, de padres sirios musulmanes, y el depuesto Abdalá Bucaram Ortiz del Ecuador, de origen libanés cristiano por el lado paterno, entre los más recientes, no parecen haber generado aún un incremento cuanti-cualitativo de los estudios de tal inmigración.Downloads
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