Abstract
Al historiador Raanan Rein le corresponde el mérito de haber centrado la atención de la comunidad académica en una realidad del peronismo eclipsada por el inevitable y excluyente resplandor de su omnipresente figura estrella. En efecto, el sitial áulico ocupado por su jefe político y en todo caso solo compartido con su segunda cónyuge –sacralizada hasta alcanzar su reconocida categoría mítica del panteón nacional– operó un opacamiento e incluso la invisibilidad de una dirigencia cuyas funciones hicieron posible sin embargo esa indiscutible hegemonía.
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