Resumen
El sector mediático en El Salvador de la posguerra ha crecido y se ha diversificado, particularmente con el aumento de los medios digitales. Sin embargo, la propiedad de los medios sigue concentrada en manos de unos pocos grupos empresariales poderosos cuyas actividades comerciales pre-valecen sobre el interés público. Aunque las corporaciones mediáticas se benefician de generosos presupuestos publicitarios, éstas han demostrado ser cómplices de los sucesivos gobiernos, independientemente del partido en el poder. El reducido periodismo de investigación que existe ha ayudado a exponer la corrupción pública y ha ofrecido una imagen más matizada de las poderosas pandillas en el país, pero no ha estimulado una producción general de cobertura informativa más crítica y responsable. En lugar de apoyar la lucha contra la impunidad por prácticas corruptas y las violaciones de los derechos humanos, los medios ayudan a las viejas y nuevas élites a resistir reformas estructurales y se constituyen en plataformas para rivali-dades personales y políticas. Los sitios de noticias falsas corren el riesgo de profundizar los niveles existentes de polarización política y poner en peligro la aún frágil democracia de El Salvador.