Abstract
Después de sufrir de una grave crisis económica en la década de los ochenta, una de las principales prioridades de la política exterior mexicana ha sido contribuir al desarrollo económico del país. A fines de la misma década, el gobierno mexicano dio incio a una serie de reformas económicas liberalizando su economía con el fin de fomentar las inversiones y el comercio exterior. Frente a estas reformas económicas, la política exterior mexicana adquirió un carácter de orientación realista y pro-norteamericano, facilitando con esto que México se convirtiera en un miembro del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte). Asimismo, para balancear y complementar su dependencia en la economía estadounidense, México impulsó una política de diversificación hacia el resto de las Américas, Europa y la Cuenca del Pacífico. Una muestra de los resultados del proceso de diversificación de México es su acercamiento a la Unión Europea, con la cual entró en vigor un Tratado de Libre Comercio (TLC) en julio de 2000. A fines del siglo XX México se convirtió en el único país que contó con múltiples acuerdos de libre comercio con América del Norte, Europa, varias naciones de América Latina e Israel. Actualmente México continúa realizando negociaciones con miras a similares acuerdos a nivel bilateral y multilateral.
Copyright © 2012-2013 Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe.
ISSN 0792-7061
Editores: Ori Preuss; Nahuel Ribke
Instituto Sverdlin de Historia y Cultura de América Latina, Escuela de Historia
Universidad de Tel Aviv, Ramat Aviv,
P.O.B. 39040 (69978), Israel.
Correo electrónico: eial@tauex.tau.ac.il
Fax: 972-3-6406931